#16

#35

Y sigo hasta las tantas
-cómo no- si no te llega el pase.
La espuma indiferente del sofá
latía, hecha hilachas. Era el cora muerto,
el músculo tenso.

Latía bajo tus manos desterrado,
lejos de tus tiempos.

Le puse muros
a la nostalgia y a los polvos;
a los deseos y los vasos;
con tal de redimirme ante tus ojos;
de llegar hasta tus bordes
y que me sonrieras con tus labios;
follaras con los mismos.

#36

El día era tan de mierda
que ni los pájaros cantaban...

Ni se desperezaba nuestra gata...

Ni el Sol había salido...

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